
El último ejemplo de cómo la tecnología puede facilitar la vida al ser humano lo protagoniza "Ablah", galardonada como mejor aplicación española de 2010. Permite comunicarse con personas autistas y ha sido desarrollada por Juan Carlos González. Creó la aplicación para comunicarse con su hijo de tres años. Observó deficiencias en los métodos tradicionales y se valió de sus conocimientos como informático para mejorarlas.
La vida de los autistas y de las personas de su entorno puede mejorar de forma considerable gracias a esta nueva aplicación. La relación de González con su hijo se ha visto favorecida, y el nuevo programa puede ayudar a muchos otros. "Si le preguntas qué quiere comer, él mismo va pasando las fotos de alimentos y señala. Puedes subir tus imágenes y crear tu propia galería, así te ahorras de llevar encima los pictogramas a todas partes", explica Juan Carlos.
El temor que algunas personas tienen a las nuevas tecnologías y los cambios que producen es infundado. Pues somos nosotros mismos quienes las convertimos en "buenas" o "malas" llegando en muchos casos a demonizarlas. El mundo empresarial debería ver los cambios como una posibilidad de avance y no como un elemento que convierte en obsoletos sus equipos y su modelo de negocio. Tal vez así, manteniendo los ojos abiertos, podrían utilizar los avances tecnológicos como una forma de aumentar sus ingresos y no como un camino directo a los expedientes de regulación de empleo.