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viernes, 8 de abril de 2011

Buenas ideas frente a grandes inversiones.


El marketing de guerrilla asegura una alta repercusión con pequeñas inversiones. Es muy rentable para las empresas. Pero para qué funcione, es vital contar con una buena idea.
El marketing de guerrilla consiste en llamar la atención. No sólo de los consumidores potenciales, sino de la sociedad en general y también los medios de comunicación. Una acción con un gran número de actores, en un lugar céntrico, con grandes inversiones en puesta en escena y vestuario no garantizan el éxito. Lo rentable es apostar por las grandes ideas, aunque sus presupuestos sean tan bajos que cueste creer en ellas.  Basta contemplar esta acción de Loctite.



Los gastos son mínimos. Pero en internet, sobre todo en las redes sociales, este tipo de vídeos alcanzan una gran difusión. Parece la típica broma que gastar a un amigo. Cualquiera podría pegar una moneda al suelo para reirse de los transehuentes que trate de recogerla. Ese es uno de los secretos del marketing de guerrilla. La identificación del receptor con la marca. Por ello este tipo de publicidad debe impactar al receptor en su vida cotidiana. En la calle, en el metro, en el supermercado… A la hora de leer periódicos, navegar por internet, ver televisión o escuchar a radio, el receptor sabe que se va a encontrar con publicidad. No le sorprende. Pero si el spot se acerca a él de forma humana y en un lugar en el  que no lo espera, el impacto es mucho mayor. Si se consigue provocar emociones como la sorpresa, la felicidad o la conmoción los beneficios para el anunciante son enormes. No sólo por la difusión que es te tipo de acciones puedan tener como parte de un programa de marketing viral, sino también por los comentarios que las personas que contemplan la escena realicen a sus amigos y conocidos. O incluso encuentren la acción de marketing de guerrilla tan asombrosa que decidan grabarla con su dispositivo móvil y colgarla en sus perfiles de las distintas redes de internet. Esta acción es un buen ejemplo. Seguro que alguna vez has encontrado tu coche rayado o con desperfectos que el día anterior no existían. ¿Cómo te sentiste? Seguro que no permaneciste indiferente.

 
Pese a su bajo coste, consigue que el receptor sienta un gran impacto y recuerde el anunciante en situaciones similares, incluso por delante de otras marcas de la competencia. Estos son los objetivos del marketing de guerrila. Para alcanzarlos no es necesario realizar una inversión millonaria. Basta con una idea, una buena idea.

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