Si estos días hablábamos del humor (y el sexo) como herramienta de marketing y/o publicidad, ¿qué me decís de la intriga? ¿Alguien le hace ascos a una buena novela policiaca? ¿A alguien no le atrae el suspense, el misterio, lo desconocido, lo que está por venir? Si conseguimos intrigar a nuestro público, tenemos buena parte del camino andado: un lector/espectador/oyente interesado en cual va a ser nuestro mensaje. El único peligro, es no defraudar...
Aquí teneis un ejemplo. Eso sí, necesitais un poco de paciencia (que es la madre de la ciencia, que decía mi abuela).
P.D.: El protagonista de este ejemplo, aprovecha para saludaros a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario